La complejidad del actual cuadro político – Editorial de El Siglo

La Pauta de Informe al VIII Pleno del C.C. del Partido Comunista de Chile , así como su documento de Resoluciones, dan cuenta del momento político que se vive, el cual no puede ser leído en blanco y negro, por lo que para captarlo en toda su complejidad es insuficiente develar las características del enfrentamiento principal, que sigue siendo con la gran burguesía económica que se expresa políticamente a través de la derecha, sino que también es necesario desentrañar las contradicciones presentes en nuestro propio campo de alianzas y de otros sectores que buscan modificar en favor de las mayorías la situación actual existente.

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La inscripción de Alejandro Guillier abre un camino para resolver favorablemente estas contradicciones, pero sólo a contar del compromiso de la base militante de los partidos que le patrocinamos y la responsabilidad de sus dirigentes, quienes deberán hacer uso de una necesaria flexibilidad táctica, para ir desde ahora construyendo escenarios electorales para el cuadro más probable que es de una segunda vuelta electoral en lo presidencial, en la cual requeriremos contar con el apoyo pleno no sólo de nuestras fuerzas, sino que también del concurso de otras candidaturas no de derecha, como lo son las de las señoras Goic y Sánchez y MEO. En ese sentido es necesario ir procesando desde ya concordancias programáticas en vistas de un futuro ejercicio de gobierno.

La presencia del P.C. es fundamental si estamos hablando de consolidar lo avanzado pero seguir a la vez provocando cambios sociales en beneficios de los más amplios sectores populares. Para esto conquistar una mayor presencia en el mundo parlamentario y también en los Consejeros Regionales es importante. Un grupo significativo de compañeras y compañeros han asumido el rol de ser nuestros representantes en esta batalla electoral, donde pretendemos romper después de 44 años la exclusión en el Senado. Pero debemos tener claro que lograr una mayor representación no será tarea fácil. Enfrentamos un anticomunismo muchas veces delirante, y no exclusivamente de sectores identificados claramente en la derecha, como se advierte por ejemplo en reacciones frente a nuestra solidaridad con el proceso que lidera el presidente Maduro en Venezuela.

Formamos parte de una coalición de gobierno y hemos sido al máximo responsables y leales con el gobierno como con todos los partidos con los cuales formamos esta coalición. La unidad en el actuar cuando este es concordado no debe confundirse con una pérdida de independencia en el tratamiento de temas en los cuales no se ha colegiado una opinión común, más aún cuando nuestras políticas siempre hemos intentado sustentarlas en principios y valores. Es en el ejercicio de la independencia del Partido que decidimos integrar A o B coalición, sin ser por lo tanto ese elemento una contradicción. 

Construir un plan de trabajo electoral en cada distrito es una misión que debe obligatoriamente incluir las reivindicaciones que ese territorio demanda, así como los movimientos sociales tras esas demandas. Y sin duda también hay demandas unificadoras a nivel nacional, como por ejemplo avanzar en la desmunicipalización de la educación, así le pese a algún ministro que haga acuerdos con la derecha para desnaturalizar esta medida o a los actuales dirigentes del Colegio de Profesores, que han asumido el rol de protectores de la herencia de Pinochet en la educación.

Un plan electoral comunistas siempre incluye la lucha de los trabajadores y otros sectores populares, no en un afán populista , sino como la prolongación de lo que habitualmente hacemos o deberíamos hacer. Lo que resalta más claramente es que la actual situación la superaremos en nuestro favor exclusivamente si tenemos la capacidad de ligarnos a la gente y la campaña electoral nos entrega una buena oportunidad para hacerlo.

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