El eje político fundamental de la Nueva Mayoría (como acuerdo político programático) y del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, desde antes y sobre todo después del 11 de marzo, estará dado por el Programa de Gobierno y por las 50 Medidas para los Primeros 100 días de dicha administración. Y al mismo tiempo, la característica fundamental de los futuros equipos de gobierno, estará dada por la calidad técnico-profesional y la afinidad y adhesión irrestricta que cada autoridad tenga con el Programa.
Pero esta compleja ecuación ¨Nueva Mayoría – Gobierno – Programa¨ tiene además un cuarto componente que pesa cada día más en el escenario político, que incide cada vez más en la toma de decisiones y que ha demostrado concretamente que es un factor político de poder y de presión que todo gobierno debe tomar en consideración: la ciudadanía y los movimientos y organizaciones sociales.
La experiencia del paro del gas de enero de 2011 liderado por la Asamblea Ciudadana de Magallanes, entre otras manifestaciones ciudadanas, demostró a toda la ¨clase política¨ y a toda la opinión pública que un gobierno regional que no se sintoniza adecuada y oportunamente con las demandas ciudadanas y con el estado de la opinión, y que no vincule esas demandas a las principales orientaciones de política política de un nuevo gobierno regional, estará destinado a consumirse en la tarea de ¨hacer cosas¨ y, eventualmente, de dedicarse a ¨cortar cintas de inauguración¨, pero no va a responder a las aspiraciones de cambio de la ciudadanía y que están inscritas en el Programa.
Por eso no queremos tener 4 Intendentes en 4 años.
El o la futura Intendente (a) debiera ser por lo tanto, un magallánico conocedor de la región y sus particularidades geográficas y socio-culturales, avecindado en este territorio tan diferente a las demás regiones ¨de allá de Chile¨, como decimos metafóricamente, compenetrado de las demandas y aspiraciones de la ciudadanía, sintonizado al mismo tiempo con la ciudadanía de la región y sus comunas y provincias, y con la tarea central de dar pasos efectivos y tomar decisiones oportunas y eficaces para cumplir el Programa comprometido por la Presidenta Bachelet a los habitantes de esta región.
No es suficiente que sea solamente un mero ¨representante del Presidente de la República¨ sino que debiera ser también una autoridad política dispuesta a expresar y defender los intereses de los magallánicos en las instancias centrales del Estado.
La nueva autoridad que la región se merece no ha de ser un sectario de la Nueva Mayoría, sino un político y profesional con capacidad de diálogo y de escucha con todos los sectores, pero con voluntad para tomar decisiones.
Desde el punto de vista político e institucional, este nuevo o nueva Intendente Regional deberá comprometerse en un trabajo mancomunado con el Consejo Regional, con los parlamentarios de la región, con las Municipalidades y los servicios públicos, en un esfuerzo que no refleje preferencias ideológicas, como ha sido hasta hoy, sino teniendo como norte el Programa y el desarrollo de la región.
De paso, esta autoridad, en relación con las 9 Municipalidades de la región, deberá pensar en las elecciones municipales del 2016, entendiendo que el próximo gobierno tendrá dos años de amplia holgura para gobernar (2014 y 2015) sin la presión de las elecciones venideras.
Las tareas son considerables: avanzar con una perspectiva de corto y mediano plazo hacia una nueva matriz energética de la región, que incorpore gradualmente las energías renovables, cuidando la sustentabilidad ambiental; fortalecer el rol de ENAP en el desarrollo energético de Magallanes, revirtiendo la jibarización de que ha sido objeto; resolver y reducir las brechas y dificultades de conectividad marítima, terrestre, aérea y digital que nos afectan; reducir el desempleo estacional y fortalecer la creación de empleos de buena calidad y bien remunerados; potenciar el turismo hacia la región; avanzar en la integración con la Patagonia argentina; generar de un modo participativo un Plan Especial de Desarrollo para Zonas Extremas y un Plan de Desarrollo para Zonas Rezagadas; fortalecer e impulsar la educación publica y la salud pública en la región; y avanzar en las obras de inversión pública, el desarrollo urbano y territorial, son algunos de los desafíos pendientes.
No nos basta un afuerino, ni un Intendente con aspecto de administrador de la burocracia existente: la región merece un Intendente Regional ejecutivo, con capacidad de construir equipos de trabajo eficaces, cuyo liderazgo político abierto y dialogante se manifieste trabajando articuladamente con la Nueva Mayoría, escuchando a la ciudadanía de la región y trabajando activamente en terreno para el avance en el cumplimiento del Programa.
Este es un aspecto fundamental de las expectativas de los ciudadanos de la región de Magallanes.
Y los ciudadanos están observando.
Manuel Luis Rodríguez U.
