Fueron muy pocos los que alcanzaron a percibir este gesto político.
El gobierno de Sebastián Piñera ha ingresado al Congreso un proyecto de ley para establecer la reelección del Presidente de la República en ejercicio. Lo extraño de esta maniobra legislativa no es el silencio de la prensa acerca de un proyecto de ley completamente extemporáneo, ya que estamos acostumbrados a los altisonantes silencios de la prensa, sobre todo cuando los grandes intereses políticos y económicos están en juego, sino que es el silencio de la derecha política, misma que reclamaba hace no poco tiempo atrás y ejercitaba abundantes gárgaras bucales en favor de la alternancia en el poder inspirada por la doctrina del desalojo.
Los mismos políticos conservadores y liberales que desde hace tiempo vienen criticando la reelección democrática y ciudadana del presidente Hugo Chavez de Venezuela o de Evo Morales en Bolivia, hoy prefieren tragarse sus propias palabras, cuando su propio gobierno propone la reelección del Presidente de la República de Chile.
El proyecto figura en el Congreso bajo el boletín 7197-07, y uno de los argumentos que esboza en favor de dicha propuesta de reelección es el siguiente:
«Aparece como perfectamente factible que quien ha ejercido el cargo en el período inmediatamente anterior tenga la oportunidad de, frente a la soberanía popular, presentar la opción de dar continuidad a su mandato. Por lo demás, esta modificación constitucional plantea un presupuesto facultativo y no impositivo ni imperativo, toda vez que quien ostenta el cargo a reelegirse no deberá hacerlo, sino que sólo podrá hacerlo.» (El subrayado es nuestro).
O sea que el gobierno de Piñera y la derecha, consideran perfectamente factible que se intente dar continuidad al mandato del Presidente en ejercicio, argumento que es exactamente contrario a la bullada idea de la alternancia en el poder de que hicieron gala políticos y líderes del conglomerado gobernante, cuando eran oposición.
Al mismo tiempo, la notoria e insoportable ambición de perpetuación en el poder, tan cercana a los reconocidos genes ideológicos de la derecha conservadora y liberal chilena, se refleja en el siguiente argumento del proyecto en cuestión:
«Teniendo nuestro país un período presidencial bastante breve, resulta muy necesario generar un mecanismo que permita dar continuidad a las políticas gubernamentales llevadas a cabo por un determinado Jefe de Estado. De otro modo, es indiscutible que, en tan sólo cuatro años, no es mucho lo que se puede plasmar de un proyecto de políticas públicas a largo plazo.» (El subrayado es del proyecto mismo).
En otras palabras, la derecha en el ejercicio del gobierno, ahora acaba de percatarse que cuatro años de mandato presidencial sería demasiado poco tiempo para plasmar políticas públicas de largo plazo. ¿Será ésta una de las explicaciones plausibles ante tanta improvisación y falta de manejo en materia de políticas públicas por parte de los nuevos gobernantes?. ¿O se debe a que realmente han comprendido que un Estado no se gobierna eficazmente ni resulta un «gobierno de los mejores» cuando se decide bajo la lógica de «ensayo – error – ensayo», sino que se requiere de una mirada prospectiva acerca del desarrollo?
El modelo institucional de reelección del Presidente de la República funcionó durante la Constitución oligárquica de 1833 (donde conservadores y liberales se repartieron el poder por decenios) y fue derogado desde la vigencia de la Constitución presidencialista de 1925. Incluso la Constitución autoritaria de 1980 excluyó la reelección precisamente porque la derecha gobernante durante la dictadura (el gremialismo y sus peones neoliberales) sabía que no había piso político para tal propuesta.
Aun así, no se debe olvidar que el propio gobernante que tuvo la derecha política entre 1973 y 1990, intentó reelegirse en el plebiscito de octubre 1988, después de 15 años de ejercicio del poder.
Hoy el gobierno, convencido que dispone las herramientas políticas, comunicacionales, económicas y sociales del poder total, puede intentar modificar la Constitución de 1980 para promover la reelección del Presidente de la República sin que la «gran prensa» y la «clase política» obnubiladas por los vahos adormecedores del festejo bicentenario, haya siquiera reaccionado a un proyecto como este.
Manuel Luis Rodríguez U.
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COYUNTURA POLITICA 
también parece impresentable que la concertación aun no se pronuncio al respecto. gracias por la información. estaremos monitoreando su avance
Jaime
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no veo cual es el problema que el presidente quiera reelegirse, lo que me parece inconsecuente es que ahora aparece cambiando de discurso cuando toda la campaña estuvieron pidiendo alterancia en el poder y si hubiesemos podido reelegir a Michelle Bachelet, fijo que la hubiesemos reelegido.
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el texto del proyecto de ley, nada dice respecto del Presidente en ejercicio y se presume que la reelección es para el Presidente en ejercicio. No tendria sentido de otra manera. Gracias por tu comentario. atte. Manuel Luis Rodríguez U.
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Estimado profesor:
Tienes mucha razón en lo silencioso que son los medios de comunicación ante sucesos (sociales, económicos, políticos, culturales, educacionales, ete….)trascendentales , que pueden llegar a transformar nuestra sociedad, porque eso «huele a peligro», y ante otros , no conviene dar luces, como el que mencionas, para que pase inadvertido.
Sin embargo, hace un par de semanas, tal vez,escuché en las breves entrevistas que hace Radio Cooperativa en su primer noticiero, de dicho proyecto. No presté atención a quién se entrevistaba, pero la persona dijo, que no sería precisamente para el período del actual Presidente, al menos eso entendí. Pero no cabe duda, que las intenciones del caballero son afianzarse en el poder por decreto.
El representante, de gran capacidad histriónica , que Chile tiene como jefe de Estado siente temor.¿ A qué?.Se están dando muchos factores.
Si no hay otros medios, deberán multiplicarse los CoyunturaPolítica. Esa es una buena tarea. Informarse y comunicar, viendo el mundo fuera del cascarón.
Un porteñísimo saludo
Rosi Varas.
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